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jueves, 14 de marzo de 2019

Resumen LA META, Capitulo 7 y 8.

Rogo vuelve a casa después de un día ajetreado, Julie ya estaba en la recámara pero se encuentra con Sharon su pequeña hija, quien le entrega un sobre a Rogo, y son las calificaciones de la pequeña en el colegio, Rogo se encuentra sumamente orgulloso, se queda con ella como al rededor de treinta minutos, decide llevarla a la cama pues la pequeña ya se había dormido, se queda pensando en cómo van las cosas en la empresa, por un momento cree que rendirse es la mejor opción, puesto que todos ya lo están haciendo, buscando otros empleados, asegurando que en un par de meses estarán todos desempleados. Rogo considera que tiene una responsabilidad en la empresa, puesto que ha dado muchos años de su vida a ella, quisiera volver al tiempo de la universidad y aprenderse mejor las teorías. Tiene demasiado estrés, demasiados pendientes, poco dinero, siente que está pasando por algo cosas sumamente importantes, está dando todo en sí para poder conseguir sacar la planta del atolladero. 
Pasa un día más, va de camino a la fábrica pensando como encontrar a su maestro de física Jonah. Llega a la oficina y lo primero es que Fran le pasa una llamada de Bill, quien lo cuestiona por haberse ido de su reunión, ya que tienen muchas cosas por discutir, resolver y a solucionar, tendrán una conferencia de cuatro, Bill, Ethan Frost, Lou y Rogo. 
Se ha ido el día en un abrir y cerrar de ojos, ha tenido al rededor de seis reuniones en las últimas horas, son las siete de la tarde, ya ha oscurecido, Rogo se encuentra en su coche ya para salir de la fábrica, vuelve a pensar en Jonah, y recuerda que tiene una una agenda antigua en casa de su mamá, le marca a Julie para avisarle que no llegaría a casa por el momento, ella se molesta y le cuelga el teléfono, va de camino a casa de su mamá y un sin fin de recuerdos llegan a su mente, al fin llega a casa, y abre la puerta su madre: 
—    ¡Dios  mío!  —dice  cruzando  las  manos  sobre  el  corazón.
— ¿Quién  se  ha muerto? 
— Nadie, mamá. 
— Entonces,  es Julie, ¿verdad? ¿Te ha abandonado? 
— Todavía no. 
— Bueno,  entonces  ¿qué pasa?...,  tampoco es el Día  de la Madre. 
— Mamá sólo  he venido  a  buscar algo. 
—  ¿A  buscar  algo?  ¿El  qué?  
—Se  echa  a  un  lado  para  dejarme  pasar—.  
Vamos, entra.  Hace  frío...  Hijo,  me  has  asustado. Vives  aquí,  pero  nunca  vienes  a  verme. ¿Por  qué? ¿Es que eres demasiado  importante para tu  anciana madre? 
— No,  claro  que no,  mamá;  es que estoy demasiado  ocupado  en la fábrica. 
— Ocupado,  ocupado...  —dice mientras nos dirigimos a  la  cocina. 
— Tienes hambre? — No,  escucha, no  quiero  causarte  molestias. 
—  No  me  causas  molestias.  Tengo  algo  de  comida  ya  preparada.  Te  puedo preparar  una ensalada también. — No. 
Mira,  lo  único  que  me  apetece  es  una  taza  de  café.  Necesito  encontrar  mi vieja  agenda.  La  que  tenía  cuando  estaba  en  la  universidad.  ¿Sabes  dónde  puede estar? Entramos en la cocina. 
— Tu  vieja  agenda...  —murmura  mientras  me  sirve  café  de  la  cafetera—.
 ¿Quieres un  pastel? Dany me trajo  anoche  un trozo  de pastel  de la tienda. 
— No,  gracias,  mamá.  Estoy  bien.  Seguramente  estará  con  los  libros  y  cuadernos de mi  época de estudiante. 
— Los cuadernos...  —me entrega la taza. 
— Sí. ¿Sabes dónde pueden estar?  Le brillan  los ojos. 
Está pensando. 
— Bueno,  no, pero  puse todo  eso  en  el desván.
Tres horas después y aún no encuentran la agenda, se dirigen al sótano, tratando de encontrarla. Van hacia el cuarto que compartía con su hermano Dany, busca en uno de los cajones que tenía en aquel momento cuando vivía con ellos y precisamente ahí se encontraba la agenda, toma el teléfono, llama a un compañero de la universidad y este le pasa un contacto de alguien más que le puede ayudar a localizar a Jonah, por último habla con alguien que trabaja con él y trata de convencerlo de que le dé su número pero no lo consigue, prometen que le dirán a Jonah y él se pondrá en comunicación. Después de 45 minutos suena el teléfono. 

En la línea Rogo le dice que sabe sobre la meta de una empresa industrial, es Ganar Dinero, y todo lo demás son los medios que llevan a cumplir la meta. Solo que tiene unas dudas y desea que le ayude aclararlas, puesto que no sabe cómo comprobar si lo que hace para la empresaria le está haciendo productivo o no...
Mire,  existe  más  de  una  forma  de  expresar  la  meta.  Esta sigue  siendo  la  misma,  pero  podemos  formularla  de  distintas  maneras  que,  en definitiva,  significan lo mismo:  «Ganar  dinero». 
— Entonces  puedo  decir  que  la  meta  es  un  aumento  del  beneficio  neto,  mientras crecen  simultáneamente  tanto  el  ROÍ  como  la  liquidez...  y  eso  equivale  a  decir que  la  meta es  ganar dinero.
 —  Exacto.  Una  expresión  es  la  equivalente  de  la  otra.  Pero,  como  muy  bien  ha descubierto  ya,  los  parámetros  convencionales  que  se  utilizan  para  expresar  la meta  no  llevan,  por  sí  mismos,  a  evaluar  las  operaciones  que  se  realizan  cada  día en  una  industria.  De  hecho,  ésa  ha  sido  la  razón  por  la  que  he  elaborado  un conjunto  aparte  de parámetros. 
— ¿Qué  tipo  de parámetros son ésos? 
—  Unos  que  expresan  la  meta  de  ganar  dinero  perfectamente  y  que,  al  mismo tiempo,  le  permiten  establecer  una  serie  de  procedimientos  operativos  para dirigir   su   fábrica.   Hay   tres.   Se  llaman  ingresos,*   inventarios   y   gastos   de operación.
Ingresos es la tasa de generación de dinero a través de las ventas. 
N.  del  T.:  En  esta  edición  revisada  se  ha  optado  por  «ingresos»  como  traducción del  término  inglés  throughput.  En  ediciones  anteriores,  dicho  término  aparecía traducido  por  «facturación». Throughput es  igual  a  las  ventas,  medidas  en  dinero,  menos  el  dinero  pagado  por las  entradas  al  sistema  productivo  («materia  prima»).  Viene  a  ser  equivalente  al «valor  añadido»  con  la  salvedad  de  que  este  valor  se  «añade»  en  el  acto  de  la venta,  no  de  la  producción.  Para  evitar  confusiones,  se  ha  preferido  «ingresos» aunque  éstos  deben  ser  entendidos  como  ingresos  del  sistema,  es  decir, descontando  los pagos por  las  materias primas.
Un  parámetro  mal  definido  es peor  que  uno  inútil.  Por  tanto,  le  sugiero  que  los  examine  cuidadosamente  como conjunto.  Y  recuerde  que  si  quiere  cambiar  alguno,  tendrá  que  hacerlo  junto  con, por lo menos, otro  de los restantes.
El  siguiente  parámetro  es  el  inventario. Inventario  es  todo  el  dinero  que  el sistema ha invertido  en adquirir  cosas que luego pretende vender. Lo  apunto,  pero  me  hace  meditar,  porque  es  una  definición  que  se  aleja  bastante de la tradicional  definición  de inventarios.
Y el último parámetro fue, gastos  de  operación.  Los  gastos  de  operación  son  todo  el  dinero  que  gasta  el sistema para convertir el  inventario  en ingresos netos. Al final Rogo se queda con una duda de cómo emplear estos paramentos en la empresa, cómo subir su productividad para ganar dinero, Jonah ya no puede seguir ayudándolo, solo añade que no importan los óptimos locales y algo que por el momento no puede explicarle a Rogo su significado.