Rogo vuelve a casa después de un día ajetreado, Julie ya estaba en la recámara pero se encuentra con Sharon su pequeña hija, quien le entrega un sobre a Rogo, y son las calificaciones de la pequeña en el colegio, Rogo se encuentra sumamente orgulloso, se queda con ella como al rededor de treinta minutos, decide llevarla a la cama pues la pequeña ya se había dormido, se queda pensando en cómo van las cosas en la empresa, por un momento cree que rendirse es la mejor opción, puesto que todos ya lo están haciendo, buscando otros empleados, asegurando que en un par de meses estarán todos desempleados. Rogo considera que tiene una responsabilidad en la empresa, puesto que ha dado muchos años de su vida a ella, quisiera volver al tiempo de la universidad y aprenderse mejor las teorías. Tiene demasiado estrés, demasiados pendientes, poco dinero, siente que está pasando por algo cosas sumamente importantes, está dando todo en sí para poder conseguir sacar la planta del atolladero.
Pasa un día más, va de camino a la fábrica pensando como encontrar a su maestro de física Jonah. Llega a la oficina y lo primero es que Fran le pasa una llamada de Bill, quien lo cuestiona por haberse ido de su reunión, ya que tienen muchas cosas por discutir, resolver y a solucionar, tendrán una conferencia de cuatro, Bill, Ethan Frost, Lou y Rogo.
Se ha ido el día en un abrir y cerrar de ojos, ha tenido al rededor de seis reuniones en las últimas horas, son las siete de la tarde, ya ha oscurecido, Rogo se encuentra en su coche ya para salir de la fábrica, vuelve a pensar en Jonah, y recuerda que tiene una una agenda antigua en casa de su mamá, le marca a Julie para avisarle que no llegaría a casa por el momento, ella se molesta y le cuelga el teléfono, va de camino a casa de su mamá y un sin fin de recuerdos llegan a su mente, al fin llega a casa, y abre la puerta su madre:
— ¡Dios mío! —dice cruzando las manos sobre el corazón.
— ¿Quién se ha muerto?
— Nadie, mamá.
— Entonces, es Julie, ¿verdad? ¿Te ha abandonado?
— Todavía no.
— Bueno, entonces ¿qué pasa?..., tampoco es el Día de la Madre.
— Mamá sólo he venido a buscar algo.
— ¿A buscar algo? ¿El qué?
—Se echa a un lado para dejarme pasar—.
Vamos, entra. Hace frío... Hijo, me has asustado. Vives aquí, pero nunca vienes a verme. ¿Por qué? ¿Es que eres demasiado importante para tu anciana madre?
— No, claro que no, mamá; es que estoy demasiado ocupado en la fábrica.
— Ocupado, ocupado... —dice mientras nos dirigimos a la cocina.
— Tienes hambre? — No, escucha, no quiero causarte molestias.
— No me causas molestias. Tengo algo de comida ya preparada. Te puedo preparar una ensalada también. — No.
Mira, lo único que me apetece es una taza de café. Necesito encontrar mi vieja agenda. La que tenía cuando estaba en la universidad. ¿Sabes dónde puede estar? Entramos en la cocina.
— Tu vieja agenda... —murmura mientras me sirve café de la cafetera—.
¿Quieres un pastel? Dany me trajo anoche un trozo de pastel de la tienda.
— No, gracias, mamá. Estoy bien. Seguramente estará con los libros y cuadernos de mi época de estudiante.
— Los cuadernos... —me entrega la taza.
— Sí. ¿Sabes dónde pueden estar? Le brillan los ojos.
Está pensando.
— Bueno, no, pero puse todo eso en el desván.
— ¿Quién se ha muerto?
— Nadie, mamá.
— Entonces, es Julie, ¿verdad? ¿Te ha abandonado?
— Todavía no.
— Bueno, entonces ¿qué pasa?..., tampoco es el Día de la Madre.
— Mamá sólo he venido a buscar algo.
— ¿A buscar algo? ¿El qué?
—Se echa a un lado para dejarme pasar—.
Vamos, entra. Hace frío... Hijo, me has asustado. Vives aquí, pero nunca vienes a verme. ¿Por qué? ¿Es que eres demasiado importante para tu anciana madre?
— No, claro que no, mamá; es que estoy demasiado ocupado en la fábrica.
— Ocupado, ocupado... —dice mientras nos dirigimos a la cocina.
— Tienes hambre? — No, escucha, no quiero causarte molestias.
— No me causas molestias. Tengo algo de comida ya preparada. Te puedo preparar una ensalada también. — No.
Mira, lo único que me apetece es una taza de café. Necesito encontrar mi vieja agenda. La que tenía cuando estaba en la universidad. ¿Sabes dónde puede estar? Entramos en la cocina.
— Tu vieja agenda... —murmura mientras me sirve café de la cafetera—.
¿Quieres un pastel? Dany me trajo anoche un trozo de pastel de la tienda.
— No, gracias, mamá. Estoy bien. Seguramente estará con los libros y cuadernos de mi época de estudiante.
— Los cuadernos... —me entrega la taza.
— Sí. ¿Sabes dónde pueden estar? Le brillan los ojos.
Está pensando.
— Bueno, no, pero puse todo eso en el desván.
Tres horas después y aún no encuentran la agenda, se dirigen al sótano, tratando de encontrarla. Van hacia el cuarto que compartía con su hermano Dany, busca en uno de los cajones que tenía en aquel momento cuando vivía con ellos y precisamente ahí se encontraba la agenda, toma el teléfono, llama a un compañero de la universidad y este le pasa un contacto de alguien más que le puede ayudar a localizar a Jonah, por último habla con alguien que trabaja con él y trata de convencerlo de que le dé su número pero no lo consigue, prometen que le dirán a Jonah y él se pondrá en comunicación. Después de 45 minutos suena el teléfono.
En la línea Rogo le dice que sabe sobre la meta de una empresa industrial, es Ganar Dinero, y todo lo demás son los medios que llevan a cumplir la meta. Solo que tiene unas dudas y desea que le ayude aclararlas, puesto que no sabe cómo comprobar si lo que hace para la empresaria le está haciendo productivo o no...
Mire, existe más de una forma de expresar la meta. Esta sigue siendo la misma, pero podemos formularla de distintas maneras que, en definitiva, significan lo mismo: «Ganar dinero».
— Entonces puedo decir que la meta es un aumento del beneficio neto, mientras crecen simultáneamente tanto el ROÍ como la liquidez... y eso equivale a decir que la meta es ganar dinero.
— Exacto. Una expresión es la equivalente de la otra. Pero, como muy bien ha descubierto ya, los parámetros convencionales que se utilizan para expresar la meta no llevan, por sí mismos, a evaluar las operaciones que se realizan cada día en una industria. De hecho, ésa ha sido la razón por la que he elaborado un conjunto aparte de parámetros.
— ¿Qué tipo de parámetros son ésos?
— Unos que expresan la meta de ganar dinero perfectamente y que, al mismo tiempo, le permiten establecer una serie de procedimientos operativos para dirigir su fábrica. Hay tres. Se llaman ingresos,* inventarios y gastos de operación.
— Entonces puedo decir que la meta es un aumento del beneficio neto, mientras crecen simultáneamente tanto el ROÍ como la liquidez... y eso equivale a decir que la meta es ganar dinero.
— Exacto. Una expresión es la equivalente de la otra. Pero, como muy bien ha descubierto ya, los parámetros convencionales que se utilizan para expresar la meta no llevan, por sí mismos, a evaluar las operaciones que se realizan cada día en una industria. De hecho, ésa ha sido la razón por la que he elaborado un conjunto aparte de parámetros.
— ¿Qué tipo de parámetros son ésos?
— Unos que expresan la meta de ganar dinero perfectamente y que, al mismo tiempo, le permiten establecer una serie de procedimientos operativos para dirigir su fábrica. Hay tres. Se llaman ingresos,* inventarios y gastos de operación.
Ingresos es la tasa de generación de dinero a través de las ventas.
N. del T.: En esta edición revisada se ha optado por «ingresos» como traducción del término inglés throughput. En ediciones anteriores, dicho término aparecía traducido por «facturación». Throughput es igual a las ventas, medidas en dinero, menos el dinero pagado por las entradas al sistema productivo («materia prima»). Viene a ser equivalente al «valor añadido» con la salvedad de que este valor se «añade» en el acto de la venta, no de la producción. Para evitar confusiones, se ha preferido «ingresos» aunque éstos deben ser entendidos como ingresos del sistema, es decir, descontando los pagos por las materias primas.
Un parámetro mal definido es peor que uno inútil. Por tanto, le sugiero que los examine cuidadosamente como conjunto. Y recuerde que si quiere cambiar alguno, tendrá que hacerlo junto con, por lo menos, otro de los restantes.
El siguiente parámetro es el inventario. Inventario es todo el dinero que el sistema ha invertido en adquirir cosas que luego pretende vender. Lo apunto, pero me hace meditar, porque es una definición que se aleja bastante de la tradicional definición de inventarios.
Y el último parámetro fue, gastos de operación. Los gastos de operación son todo el dinero que gasta el sistema para convertir el inventario en ingresos netos. Al final Rogo se queda con una duda de cómo emplear estos paramentos en la empresa, cómo subir su productividad para ganar dinero, Jonah ya no puede seguir ayudándolo, solo añade que no importan los óptimos locales y algo que por el momento no puede explicarle a Rogo su significado.